domingo, 19 de diciembre de 2010

dos paredes

hoy volví al CASI. despúes de un tiempo, a jugar un torneo de futbol con muchos queridos amigos y compañeros.
al CASI, ese lugar al que jauretche se refiere en el medio pelo argentino, sin llegar a entender muy bien, en su mordaz mirada, algunas cosas que yo no logré encontrar en ningún otro lugar.

volver ahí es volver a un lugar donde SIEMPRE, alguien te va a recibir, a escuchar, a preguntar por tu familia; todos los que nos formamos ahí, a pesar de todas las diferencias , y de lo que quieras, sabemos que somos parte de algo que contempla a los demás.
es extraño, gente con la que de mas chicos no tenés mucha afinidad, y que de ser por cuestiones ideológicas o intelectuales tendrías menos, te las encontrás y naturalmente podés encontrar donde vincularte. es mas importante construir un vínculo que uno mismo.

lo contrario a la cena del martes, al decir de nacho una situación de peli de woody, hermosa, pero donde cada uno es mas importante que los demás.

jugué a la mañana, me fui a un entierro, volví tarde, ligué una medalla, nos quedamos en una sombra en una de esas charlas bizarras y divertidas, varios que nada que ver pero todo;
y antes de salir, y esa pileta de esas que ya no existen, espìar la cancha de paleta, donde osvaldo flota en el aire, y agarrar dos guastavino con jorge, en la misma ventanita que a los doce, y entrar, el milagro de entrar a esa cancha siempre ocupada, y enseguida de zaguero, y el tambur, y el sobrepique, y la zurda como si jugará todos los domingos en el horario de niños, y esa pared maravillosa de vía lactea de goma negra ingobernable, y dos paredes y reja.

me vi ahi arriba, aprendiendo a jugar al tute a escondidas, mientras de abajo retumban los gritos y la madera por alguna dos paredes tirada por popo y su rodillera, y esa cofradía primitiva que a jauretche, con algo de razón, no le gustaba para nada pero a mi si.

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